06
DIC
2025

X Aniversario de la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua. Testimonios de algunos adoradores.



El próximo 8 de diciembre, a las 18 horas, en la capilla, celebraremos el X Aniversario del inicio de la Adoración Eucarística Perpetua (A.E.P.) en Cuenca, con el rezo de una Hora Santa, presidida por el Sr. Obispo, en agradecimiento al Señor y a su Madre Inmaculada por habernos permitido disfrutar de este maravilloso regalo durante estos años. Invitados especialmente los feligreses de la parroquia de San Esteban, tan unida al progreso de esta obra apostólica.

Resulta difícil resumir lo que ha supuesto el funcionamiento de la A.E.P.  durante estos años. Parece que fue ayer cuando se comenzó con ilusión y con miedo a no poder cubrir todas las horas, pero con la confianza de que el Señor cuidaría su obra, como después se ha comprobado en tantos momentos y circunstancias. A lo largo del tiempo se ha mantenido su objetivo principal, acompañar, alabar, reparar y adorar continuamente al Señor en la Eucaristía, tratando de mejorar nuestra disposición como adoradores, de que siempre se mantuviera el silencio en la capilla, y de que cada vez más personas disfrutaran de este oasis de silencio y oración.

Imposible exponer lo que para cada uno de los que se benefician de esta iniciativa, adoradores fijos, de emergencia, visitantes ocasionales de la capilla, ha supuesto la posibilidad de orar en la presencia del Señor a cualquier hora del día, por ello, y sólo como muestra, incluimos los testimonios de diez adoradores, que han sido fieles a sus turnos de vela semanales durante esta década, reconociendo, como afirma uno de ellos, que, “sin una Gracia del Espíritu Santo, no se habría mantenido esta fidelidad”.(A)

2.- “Doy gracias al Señor por haberme elegido, como dice Jesús, no sois vosotros los que me habéis elegido, soy Yo el que os he elegido. ¡Gracias Señor por haberme permitido ser adoradora durante estos diez años, por los beneficios y gracias que has derramado sobre mí en este tiempo! ¡Perdón por no haber sabido aprovechar estas gracias, por las veces que no he tomado conciencia de tu presencia, real y verdadera, perdón por mi falta de gratitud!

Después de diez años, continúo en la adoración porque “amor con amor se paga”, porque quiero, junto a la familia de adoradores, seguir acompañándote, consolándote, reparando las ofensas que sufres, y agradeciendo el amor que nos das y el bien que nos haces”. (M.I)

3.-Otra adoradora, (A.V) escribe: “Sin la adoración me falta algo. La necesito para vivir”.

4.- V. adoradora, con una hora de noche y otra en la madrugada, nos cuenta que: “Llevo diez años en la A.P. porque para mí es imprescindible en mi vida, me da fuerza y me alienta a seguir caminando y a sobrellevar los problemas y dificultades que nos depara la vida. Doy gracias por los momentos tan maravillosos que he pasado junto al Señor en mis turnos de vela.

Quiero comentar una anécdota que me pasó hace tiempo. Al levantarme para ir a mi turno de madrugada me encontraba fatal, con vómitos, mareos ... Y pensé no ir, porque vivo lejos y tenía que coger el coche, pero al final llegué a la capilla como pude, y según pasaba el tiempo me iba encontrando mejor. Terminé mi hora, y salí como si todo hubiera sido un mal sueño. El Señor estuvo conmigo y me curó. ¡Gloria al Señor!”

5.- C. M. una adoradora, con varias horas asignadas a lo largo de la semana, le escribe al Señor: “Venir aquí cada día me parece una fiesta, un descanso del mundanal ruido …. poder disfrutar de Tu presencia día y noche, me parece mentira, me parece un sueño…. Sí ese sueño que andaba buscando ya hacía varios años y que al final se cumplió…. ¡Y ya han pasado 10 años! ¡Cómo pasa el tiempo!  ¡Qué emoción cuando tuvimos el consentimiento y aprobación del Sr. Obispo, D. José María y del Párroco de San Esteban, D. Antonio, para poder tenerte Jesús, día y noche, aquí en este lugar, en este trocito de Cielo!

Creo que Tú Jesús, también estabas deseando quedarte aquí: esperándonos cada día para escucharnos, consolarnos y dejándote amar… ¡Cuántas penas, cuántas peticiones, cuántas lágrimas habrás secado…pero también de cuántas alegrías habrás disfrutado y te habrán consolado esas almas sencillas que se acercan a estar un ratito Contigo llenas de confianza y amor, sabiendo que en Ti y Contigo se vive como en el Cielo, aún en medio de nuestras cruces… Tú haces nuevas todas las cosas …de aquí se sale renovada, fortalecida, llena de Paz. Diremos como los Apóstoles: ¡Qué bien se está aquí!

Doy gracias a la Santísima Trinidad que nos ha hecho este gran regalo a Cuenca y a María nuestra Madre, que con su cariño está siempre acompañando a Su Hijo y a sus hijillos que nos acogemos bajo su manto y nos colma de su ternura.

¡Gracias Jesús por quedarte ahí, esperándome cada día! ¡Gracias!”

6.- J.O. un adorador, que acude con su esposa, y a veces con sus hijas, nos dice: “Dentro de mí hay una gran sed, un deseo de paz que sólo se sacia junto al Señor en un trato de cercanía y amistad. En esos momentos se cruzan la adoración, la alabanza, el perdón, la súplica, la acción de gracias y, en ocasiones, el cansancio y el sueño; pero siempre acaban en una paz interior muy grande. El día a día reseca mi ser y resurge el deseo, que es necesidad, de acudir a la Fuente: El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí (Jn 7,37-38ª); Él siempre sacia mi sed, que Él me transforme en agua para los demás”.

7.- C. y E.  otro matrimonio, que también suele ir a su turno con sus hijos, comenta: “Semana tras semana recibimos la fortaleza para afrontar los problemas. Con su Luz, y poniéndolos en sus manos, es más fácil darles solución.  El Señor esta siempre con nosotros, pero en esa hora de adoración nos sentimos confortados, como si nos abrazara”.

8.- “Vengo a la Adoración con la intención de agradar al Señor y avanzar en mi conversión. Pienso, como decía San Carlo Acutis, que, la conversión no es más que mover la mirada de abajo hacia arriba, un simple movimiento de los ojos es suficiente. Mirar a Dios y no a nosotros mismos, en todo, durante nuestra vida ordinaria, y especialmente durante la oración de adoración. Mirar a Jesús en la custodia e intentar escuchar cuáles son sus planes sobre mi vida”, apunta M.G.

9.- A. R. nos cuenta: “Doy gracias a Dios por aquel mensaje que me llegó al teléfono avisándome que se iba abrir la capilla de adoración, por las ganas que puso el Espíritu Santo en mí para ir, y por lo mucho que has ido haciendo poquito a poquito... Desde entonces, en la vida YO PELEO DE RODILLAS, son dos horas de madrugada donde la Virgen se pone a mí lado y a Su lado y le hablamos de TODO y de nada, del dolor que yo nunca podré quitar y de todo lo que yo creo que tengo que hacer. Poco silencio, a veces mi Dios me lleva tan cansada, sólo para que guarde silencio y descanse en su pecho como Juan, para tener fuerzas para llegar a la Cruz y a su Resurrección.

Gracias a esos momentos de adoración, el Señor ha puesto en mí el amor para servirle y amar a los demás y puedo ver cómo Él lo hace TODO con mi casi nada. Dice mi marido que me gusta ir porque allí Jesús no me contraría, ni me cuestiona nada...me encanta cantarle y alabarle...y con los ángeles montamos un fiestón, es lo bueno de estar dos horas sola...el tiempo se me queda corto.

¿Cómo no devolverle algo, con todo lo que me ha dado? Me regaló una hija, me regaló el retiro de Emaús y mis hermanas, me regaló colaborar en la parroquia de San Fernando, me regaló mi trabajo... TODO.  Así que Señor a aguantarme para que sigas cambiando mi corazón, quiero ir al Cielo y quiero que vayamos todos. Gracias compañera adoradora Mari, por cambiarme turnos cuando trabajo de noche... ¡Os quiero a todos, porque al estar a su lado el corazón se vuelve tonto y tierno! ¡Dame fuerza para morir adorando, Señor mío y Dios mío!”

10.- Por último, M.L. del turno de noche, reflexiona: “Me interpelan profundamente las palabras de Jesús en Getsemaní "¿No podéis velar ni una hora conmigo? ¡Velad y orad para no caer en la tentación! ¡Y Esto me lo dice Dios a mí!... A solas con Él en mi hora, en el silencio, le contemplo y siento Su Amor dentro de mí, le pido que dirija mi vida y cada vez aumentan más mis ganas de amarle, de conocerle mejor. ¡No puedo dejar de adorarle!”.

En las capillas de Adoración la generosidad y amor del Señor al quedarse en la Eucaristía se ven reconocidos y correspondidos continuamente. Si quieres ser una de estas almas agradecidas y entrar a formar parte de la familia de adoradores, bien como responsable de una hora a la semana, o bien como adorador de emergencia, para cubrir las bajas que ocasionalmente puedan producirse, llama al teléfono, 667290134 o infórmate en la parroquia.


Coordinadoras de la A.E.P. en Cuenca


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