Hoy, en el sexto día de nuestra novena, reflexionamos sobre el tema de la oración en el Espíritu: "Perseveraban en la oración en compañía de María, la Madre de Jesús".
Cuando los apóstoles esperaban la promesa del Espíritu Santo, perseveraban en la oración, buscando fortaleza y guía. María, con su relación única con el Espíritu Santo desde la Encarnación, les enseñaba a orar con humildad y confianza. Su ejemplo inspiraba a los discípulos a mantenerse firmes en la oración.
Los apóstoles incluyeron a María en la primera oración comunitaria porque sabían que su presencia atraería al Espíritu. El Espíritu llegó como viento huracanado a los apóstoles, llenos de miedos y debilidades, y como una suave brisa a María, sin pecado. El Espíritu Santo hizo entender a María las cosas de Dios y guió a la verdad completa: que Dios es amor. La oración comunitaria debe estar unida en amor a Dios y a los hermanos. María, con la unción del Espíritu, saboreó a Dios y penetró profundamente en su Misterio. Su oración es profunda porque su vida lo es, acumulando en su corazón las enseñanzas del Evangelio.
Nuestra vida de oración debe ser profunda, como la de María. Ella mantiene viva la llama del amor, la esperanza y el entusiasmo. En la Iglesia sinodal, contemos con María para mantener viva esta llama, como dice Emilio Mazariegos: “Está la lumbre encendida y tienen fuego las brasas. Está que quema el hogar, está caliente mi casa.”
Que esta novena nos inspire a mantenernos firmes en la oración, confiando en que María está con nosotros en nuestro caminar diario. Con ella, nuestras comunidades serán un hogar ardiente, lleno del fuego del Espíritu, viviendo unidos en amor y esperanza.
ORACION
Virgen María, a tu Inmaculado Corazón
confiamos
hoy nuestras vidas.
Protégenos
como a hijos tuyos.
Condúcenos
de tu
mano.
Enséñanos a
vivir en la verdad,
que es
Jesucristo.
Fortalece
nuestra voluntad
para que
nunca queramos vivir separados de Ti
por causa
del pecado.
Sosténnos
en nuestros compromisos
como
cristianos
bautizados
y haz que
también en nosotros
como en Ti
se cumpla
siempre
la voluntad
de Dios.
Inmaculado
Corazón de
María
sed nuestra
salvación. Amen